12 marzo 2006

Cala San Pedro

Como recordaréis, empecé mi blog con un recuerdo a Itaca, al camino y a que lo importante del viaje no es el llegar sino el propio viaje.
Hoy he ido a un lugar maravilloso, un pequeño punto en el planeta y una minúscula partícula en el universo pero aunque todo sea tan grande en comparación con este lugar, él en sí es inmenso. No sólo es precioso sino que me trae recuerdos de mi infancia. Sigue igual, prácticamente sigue en estado salvaje como entonces y con el mismo encanto. El castillo, la playa de arena fina y blanca, su disposición hacia el sur, quedando al abrigo del poniente y del levanta. Puerto natural donde abrigarse del mar, de éste, nuestro mar Mediterráneo cálido y familiar.-
Al empezar el camino no es posible continuar sin maravillarse al ver Las Negras, pequeña localidad costera de la comarca de Nijar, en el levante almeriense y lo que se vé es esto.-


Como véis no os he engañado.-

A continuación os mostraré el camino. A San Pedro sólo se puede ir en barco o a pie. Con todoterreno se puede llegar hasta casi la mitad, pero sigo pensando que, si se puede, lo ideal es hacerlo a pie.-
















Y CUANDO AL FIN SE VE LA CALA DE SAN PEDRO






























Allí hay carteles:


































Aunque ponga playa nudista es opcional, cada uno toma el sol como quiere.-






















Y hay esculturas también.-








Una penúltima (¡nunca se debe decir última!) imágen de la Cala San Pedro.-


04 marzo 2006

La fotografía


A mi hermano Angel siempre le ha entusiasmado la fotografía, hasta el punto de que es un profesional pero lo mejor de todo es que no ha perdido el encanto del descubridor, del que cree que no todo está inventado. No sólo se interesa por esta técnica-arte sino que la combina con las ventajas de Internet y con su especial sensibilidad. Eso no creo que se aprenda, ¡es de nacimiento!-
Bueno, hace un tiempo encontré una referencia a la fotografía de un autor que me encanta, se llama Arturo Pérez Reverte y he leido todos sus libros (tengo que decir que alguno no me ha gustado, pero el 90 por ciento sí). El libro en cuestión es "La reina del sur" y lo que dice sobre el instante, el momento en que la foto capta la imagen, inmortalizándola y el pensamiento sobre ese instante.
¿El futuro está escrito en nosotros?, ¿alguien es capaz de leerlo?.
Personalmente pienso que no y que hay mucha ................que se aprovecha de los momentos de debilidad que todos pasamos en la vida. No obstante, la reflexión sobre la fotografía, a mi juicio (¡que no es mucho!) es preciosa.-

DICE ASÍ:

"Teresa tenía una foto en el bolso. La llevaba en la cartera desde hacía mucho tiempo: desde que el Chino Parra se la hizo a ella y al Güero Dávila un día que celebra­ban su cumpleaños. Estaban los dos solos en la foto, él llevaba puesta la chamarra de piloto y le pasaba un brazo por los hombros. Se veía bien chilo riéndose frente a la cámara, con su facha de gringo flaco y alto, la otra mano colgada por el pulgar en la hebilla del cinturón. Su gesto risueño contrastaba con el de Teresa, que apuntaba sólo una sonri­sa entre inocente y desconcertada. Contaba apenas veinte años entonces, y además de chavísima parecía frágil, con los ojos muy abiertos ante el flash de la cámara, y en la boca aquella mueca algo forzada, que no llegaba a conta­giarse de la alegría del hombre que la abrazaba. Tal vez, como ocurre en la mayor parte de las fotografías, la expre­sión era casual: un instante cualquiera, el azar fijado en la película. Pero cómo no aventurarse ahora, con la lección sabida, a interpretar. A menudo las imágenes y las situa­ciones y las fotos no lo son del todo hasta que llegan los acontecimientos posteriores; como si quedaran en suspen­so, provisionales, para verse confirmadas o desmentidas más tarde. Nos hacemos fotos, no con objeto de recordar, sino para completarlas después con el resto de nuestras vidas. Por eso hay fotos que aciertan y fotos que no. Imágenes que el tiempo pone en su lugar, atribuyendo a unas su au­téntico significado, y negando otras que se apagan solas, igual que si los colores se borraran con el tiempo. Aquella foto que guardaba en la cartera era de las que se hacen para que luego adquieran sentido, aunque nadie sepa eso cuan­do la hace. Y al cabo, el pasado más reciente de Teresa da­ba a esa vieja instantánea un futuro inexorable, al fin con­sumado. Ya era fácil, desde esta orilla de sombras, leer, o interpretar. Todo parecía obvio en la actitud del Güero, en la expresión de Teresa, en la sonrisa confusa motivada por la presencia de la cámara. Ella sonreía para agradar a su hom­bre, lo justo -ven aquí, prietita, mira el objetivo y piensa en lo que me quieres, mi chula-, mientras se le refugia­ba en los ojos el presagio oscuro. El presentimiento. Ahora, sentada junto a otro hombre al pie de la Melilla antigua, Teresa pensaba en esa foto. Pensaba en ella porque apenas llegados allí, mientras su acompañan­te encargaba los pinchitos al moro del hornillo de car­bón, un fotógrafo callejero con una vieja Yashica colgada al cuello se les había acercado, y cuando le decían que no, gracias, ella se preguntó qué futuro podrían leer un día en la foto que no iban a hacerse, si la contemplaran años más tarde. Qué signos iban a interpretar, cuando todo se hubiera cumplido, en aquella escena junto a la muralla, con el mar resonando a pocos metros, el oleaje batiendo las rocas tras el arco del muro medieval que dejaba ver un trozo de cielo azul intenso, el olor a algas y a piedra cen­tenaria y a basura de la playa mezclándose con el aroma de los pinchitos especiados dorándose sobre las brasas. -"

ITACA







Creo que la mejor forma de empezar un camino es ésta:


" Desea que el camino sea largo.

Que sean muchas las mañanas estivales

en que -¡y con qué alegre placer!-

entres en puertos que ves por vez primera.

Detente en los mercados fenicios

para adquirir sus bellas mercancías,

madreperlas y nácares, ébanos y ámbares,

y voluptuosos perfumes de todas clases,

todos los voluptuosos perfumes que te sean posibles.

Y vete a muchas ciudades de Egipto

y aprende, aprende de los sabios.

Mantén siempre a Itaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Pero no tengas la menor prisa en tu viaje.

Es mejor que dure muchos años

y que viejo al fin arribes a la isla,

rico por todas las ganancias de tu viaje,

sin esperar que Itaca te va a ofrecer riquezas.

Itaca te ha dado un viaje hermoso.

Sin ella no te habrías puesto en marcha.

Pero no tiene ya más que ofrecerte.

Aunque la encuentres pobre, Itaca de ti no se ha burlado.

Convertido en tan sabio, y con tanta experiencia,

ya habrás comprendido el significado de la Itacas.-"


de "VIAJE A ITACA"